La insuficiencia renal aguda es clínicamente diagnosticada
mediante guias estándares basadas en cambios tanto de la creatinina en suero
como del gasto urinario o ambos. La severidad de la IRA es determinada por la
magnitud o el aumento de la creatinina en suero o por la disminución del gasto
urinario (1).
De la misma forma la detección temprana de proteínas en la
orina, signo de la presencia de una lesión aguda renal ayuda con un temprano diagnóstico
de la patología antes de la elevación de la creatinina en suero y va a permitir
la aplicación temprana de renoprotectores. Ademas, el uso de biomarcadores
puede facilitar la identificación de tubulos renales en riesgo de desarrollar
una lesión importante. (2)
Hasta ahora en el diagnóstico de la insuficiencia renal
aguda, además de las pruebas de las alteraciones en el flujo urinario y de las
alteraciones de la función renal mencionadas, las que han demostrado mayor
sensibilidad y especificidad es la depuración de creatinina endógena y el
índice U/P molar. Si la IRA es mortal, es válido postular que el manejo
temprano de la misma sería un objetivo terapéutico, con la esperanza de reducir
alta tasa de mortalidad asociada y dadas las causas y mecanismos
fisiopatológicos subyacentes de la lesión renal, permitir el desarrollo de
agentes terapéuticos efectivos. Desafortunadamente la ausencia de marcadores
confiables evita una detección temprana de la lesión, que permita instituir un
tratamiento temprano. (3)
BIBLIOGRAFIA
1. Kellum, JA. Diagnostic Criteria for Acute Kidney Injury: Present and Future. Critical Care Clinics. 2015. 31 (4).
2. Poch, E & col. Insuficiencia Renal Aguda en UCI. Medicina clinica. 2011. 130 (4).
3. Cruz, J & col. Insuficiencia renal aguda en la Unidad de Cuidados
Intensivos. Revisión. Revista de la asociacion mexicana de medicina r¿critica y terapia intensiva. Junio. 2011. 23 (2).
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